"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles." Bertolt Brecht

lunes, 7 de junio de 2010

Egoismo.


En las esquinas de los recuerdos está lo que perdí:

Un beso de la inconsciencia tomando mi mente

Y relatando mensajes útiles

Sin ese desierto de satisfactores

Donde resido

Con una moral hecha a la medida.


Mis fantasmas se han materializado

Y sin tiempo los diviso

Como sabanas al viento riéndose del sol y de mí:

Sentado en la plaza de mis sueños se han apoderado del control

Y viajan como palomas engañándonos a todos.


Son disfraces de la poesía que se ha venido a mí como un gran golpe.

Tendido en los renglones ya no sé que decir:

Sueños trizados por el quehacer;

Se han esfumado por algún motivo siniestro

Y apresan mi circunstancia.


Es una vorágine que se agolpa tras de mí,

Mancillando lo claro de mis ojos

Anulando mi mano franca.

Con voz paciente he aguardado

Tratando de tener los mejores versos para el reencuentro.


En su música interna, tomo las voces por la oreja y calladamente vuelvo a soñar...

Ya no tengo miedo.

El tiempo se me va y no-queda nada que hacer.


El sofoco del alma se ha hecho insostenible y al fin

Un pájaro vuela hasta la ventana de lo que queda de mí.

Allí han comido de mi mano las últimas monedas

Y luego han emigrado hacía otro corazón

Con más esperanza.

Sólo y en las esferas de la muerte

Me he sentado a esperar que llegue el tiempo final.


Las sensaciones son candentes y queman mis vísceras.

Ahogado, sin tiempo trato de escribir mis últimos versos

En la inconsciencia de las voces poéticas trato de ganar tiempo.

Allí, soy culpable del televisor, de la modorra y del tercer mundismo.


Solo queda la esperanza de la creatividad

En un mundo donde todo está a la mano...

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